Seguro has escuchado la palabra “quilates” desde que tienes uso de razón, ¿pero alguna vez te has preguntado qué son exactamente?
Algo que seguramente tienes claro es que, mientras mayor sea el kilataje de una pieza, mayor será su valor. Sin embargo, más allá de eso, ¿hasta donde llega verdaderamente nuestro entendimiento del tema?
Antes que nada, debes saber que existen dos usos para la palabra “quilates”. El primero se refiere al peso de las gemas y piedras preciosas, es decir, se utiliza para medir masa, mientras que el segundo se refiere a la pureza de una pieza de oro en joyería. Ambos términos son igual de importantes, pero en esta ocasión nos enfocaremos solamente en el segundo.
14K, 18K, 22K o 24K ¿Cuál es la diferencia?
Al comprar joyería podemos encontrarnos con una gran variedad de cifras cuando hablamos de quilates (abreviado como K o Kt, y también comúnmente escrito como kilates).
El costo de la pieza muchas veces dependerá del número grabado en ella. Mientras más alto es el número (24K es el máximo), más alto será el precio del artículo. Pero ¿a qué se debe la variación del precio?
La respuesta es muy simple; cada uno de los números grabados representa el porcentaje de oro usado para la pieza. Por ejemplo, las piezas de 14K normalmente se componen de 10 partes de metal base—el cual suele ser plata—y 14 de oro, las piezas de 22K son 2 partes de metal base y 22 de oro, y así sucesivamente hasta el 24K que es una pieza de oro puro.
Dependiendo de la cantidad de oro, también cambian las propiedades de las piezas. Por ejemplo, una joya de 24K será más frágil que una de 18K. Esto se debe a que el oro es muy suave y moldeable.
Por esta misma razón, para el uso cotidiano se recomienda comprar piezas de menor pureza, pues el desgaste será menor. Sin embargo, no importa si tu pieza es de las “resistentes”, siempre es importante darle un cuidado frecuente.
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